POR: Alejandra Durán Fdez
La mayor parte de la gente en algún momento de nuestras vidas hemos llegado a mentir, usando excusas como parte de la justificación. La mentira, en ocasiones muy especiales, puede estar justificada, lo que debemos saber perfectamente es que si llega a ser descubierta tendremos que afrontar la consecuencia, tomando la responsabilidad sin originar mas daño al/los involucrados.
Cuando alguien es descubierto en alguna mentira reacciona de 2 formas: 1.-enojándose 2.-haciéndose la víctima, esto es con la finalidad de desviar la atención a la mentira descubierta, haciéndose el cínico, y sin tener responsabilidad de aceptar que ha engañado. Al hacerse la víctima, busca la manera de hacer sentir lástima, queriendo manipular a quien ha engañado.
El mentiroso busca la manera de que se le vea con clemencia para que la mentira sea justificada con excusas para evitar mas daño y aligerar la pena. Convirtiéndose en la víctima, trata de suplicar perdón, demostrando pruebas que lo hagan acreedor del mismo.
El mentiroso es un manipulador desde el principio, al verse descubierto, continua con su rol donde el fin principal es su provecho personal. Pocos nos hacemos responsables de las consecuencias y pocos somos capaces de reparar el daño causado.
Quienes se acostumbran a mentir, hacen de los engaños un estilo de vida, no importándoles si es necesario o no realizarla, funge como parte del condimento que adereza su vida.
Cuando una persona es descubierta al mentir, generalmente ya no es vista con los mismos ojos, su credibilidad es frágil, endeble, pierde valor su palabra. Es más fácil q cambie nuevamente su entorno para formarse una nueva imagen, que recuperar su imagen perdida.
La mentira es un fantasma que nunca te dejará en paz, mientras solo tu sepas la verdad...siempre hay que ser honestos. La honestidad es un regalo muy caro, nunca lo esperes de personas baratas.
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